Según diferentes estudios, dedicar unos minutos al día a la meditación puede mejorar el bienestar físico y mental. Además, la meditación también reduce las probabilidades de desarrollar Alzheimer y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, como todavía no existe suficiente evidencia científica al respecto, las autoridades aún no contemplan esta práctica como recurso para mejorar la salud de las personas.
La hora del cambio
MEDIT-AGEING es un proyecto financiado por la UE que pretende demostrar que la meditación puede mejorar significativamente la salud mental y el bienestar general durante el envejecimiento. Según su coordinadora, Gaël Chételat, la meditación es crucial para reforzar el estado físico y psicológico de la persona.
Chételat se ha mostrado muy optimista con la iniciativa, ya que considera que sus hallazgos demostrarán el efecto de la meditación en las personas. La idea del proyecto surgió a raíz de su experiencia personal con el mindfulness, un tipo de meditación centrada en la respiración, los sonidos y las sensaciones corporales.
Chételat afirma que la evidencia existente sugiere que la meditación consciente contribuye a mejorar la concentración y la memoria y puede llegar a reducir el estrés, la ansiedad, los trastornos del sueño, la depresión e incluso el riesgo de padecer enfermedades coronarias.
Al reducir todos estos factores, la meditación consciente podría ayudar a prevenir el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Y ello es así porque estos factores influyen directamente en el desarrollo de dichos problemas de salud.
Ensayo global
MEDIT-AGEING pretende acumular evidencias científicas que convenzan a las autoridades sanitarias para que integren el mindfulness en los recursos de apoyo a la gente mayor. Para ello, de 2018 a 2020, MEDIT-AGEING realizó un importante ensayo sobre los efectos del mindfulness que contó con la participación de 137 personas divididas en tres grupos: el primero recibió formación en meditación consciente, el segundo aprendió inglés y el tercero no recibió ningún tipo de enseñanza.
Los programas de estudio consistían en dos horas semanales de sesiones en grupo, 20 minutos diarios de ejercicio en casa y un día de actividad intensa. El proyecto incluyó diferentes cuestionarios, análisis de sangre y escáneres cerebrales. Asimismo, se midió la calidad del sueño y se emplearon tests cognitivos para evaluar la atención, la memoria y las funciones cerebrales.
A raíz del estudio, las personas de los dos primeros grupos experimentaron importantes mejoras en materia de memoria, adquisición de conocimientos y reducción de los niveles de estrés, mientras que las del tercer grupo no mostraron ningún tipo de cambio. Más concretamente, los participantes entrevistados para un documental afirmaron que la meditación había transformado su vida y que les había ayudado a mejorar las relaciones interpersonales y la percepción de su propio cuerpo.
Fruto de ello, Chételat sostiene que la meditación y el aprendizaje pueden mejorar en gran medida la salud mental.
Experiencia en estudiantes
Ivana Burić es becaria de investigación posdoctoral en la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos). Mientras se recuperaba de un accidente de tráfico muy grave que la obligó a pasar por el quirófano en varias ocasiones, desarrolló un gran interés por el mindfulness. En su opinión, la meditación no solo aceleró su recuperación física, sino que también tuvo un gran impacto en diferentes aspectos de su vida.
En la actualidad, Ivana Burić dirige un proyecto de dos años financiado por la UE llamado INSPIRER, que pretende investigar los efectos del mindfulness en los estudiantes universitarios, un segmento de la población expuesto a múltiples factores de estrés. Con el uso de pruebas similares a las del MEDIT-AGEING, analiza cómo el mindfulness puede detectar varios de los factores de estrés que experimentan los estudiantes universitarios, como la presión académica, las fechas de entrega, los desafíos sociales, la transición a la adultez y los comportamientos adictivos.
Los estudiantes están en una edad en la que su mayor problema son los exámenes. A pesar de ello, tienen que empezar a lidiar con diferentes asuntos sociales (como las crisis económicas), se ven obligados a afrontar importantes cambios de personalidad e incluso a veces deben gestionar comportamientos adictivos por culpa de la bebida, las drogas o el juego.
Según los expertos, los estudiantes están cada vez más expuestos al estrés por culpa de la tecnología. Las redes sociales, además de suponer un riesgo importante para la salud mental, incluyen mucha información no contrastada que puede suponer un problema para su aprendizaje. Por otro lado, la gran presencia de anuncios sobre los mejores casinos online, los mejores locales nocturnos y otros productos y servicios, puede distraer la atención de los jóvenes y tener una influencia muy negativa en su comportamiento.
Meditación regular
Burić realizó un estudio con 100 participantes: 50 de ellos practicaron meditación de forma regular, mientras que los otros 50 no lo hicieron. El proceso incluyó resonancias magnéticas, análisis de sangre y encuestas sobre su salud física y mental. El estudio arrojó que las personas que practicaron la meditación presentaban un mejor estado de salud, una regulación emocional más estable y menores niveles de estrés.
Además, Burić realizó otro estudio con 80 estudiantes de la Universidad de Ámsterdam que consistió en un curso de mindfulness de ocho semanas. Al final del curso, los estudiantes revelaron sentir una importante mejora en su salud tanto física como mental.
A raíz de todos estos estudios y resultados, Chételat y Burić esperan que las autoridades integren el mindfulness en diferentes aspectos de la sociedad, como la educación, la sanidad y el mercado laboral.
Más historias
BAJO RENDIMIENTO ESCOLAR Y PROBLEMAS VISUALES: LA IMPORTANCIA DE UN DIAGNÓSTICO TEMPRANO
JORNADA DE SALUD VISUAL DEL 11 AL 15 DE NOVIEMBRE EN CAMPECHE
COFEPRIS ALERTA SOBRE LA FALSIFICACIÓN DE DOS MEDICAMENTOS CONTRA EL CÁNCER