Alberto Aziz Nassif
Felicidades a El Universal.
Ahora que se cumplieron nueve años de la tragedia de los 43 normalistas de Ayotzinapa, se hace necesario —de nuevo— hacer una revisión del proceso: se acumulan más de tres 285 días, dos gobiernos, múltiples marchas, comisiones nacionales y una internacional, fiscalías especiales, detenciones, liberaciones, promesas incumplidas, ocultamientos, y un largo peregrinar de padres y madres de los estudiantes que mantienen su reclamo de verdad y justicia, frente a un Estado que no ha podido cumplir con su obligación.
Este caso nos muestra las partes de un entramado de poderes, complicidades y obstáculos para llegar a la justicia. Nos solidarizamos con las víctimas de la violencia creciente en el país, con los colectivos de madres buscadoras, con las familias que han perdido a un integrante. No es novedad el desastroso estado en el que se encuentra el sistema de justicia.
Si con este caso se ha batallado así, qué pueden esperar los miles y miles de casos de desaparecidos que permanecen en la oscuridad y en el desinterés de una burocracia rebasada e incompetente. Los 43 es, quizá, una de las tragedias más investigadas y documentadas en México y, sin embargo, tal vez nunca se llegue a un final de justicia.
Quedará como otra herida abierta y cada año seguirán las marchas de aniversario, porque, como en otras matanzas, no se logró verdad y justicia. Hace unas semanas el GIEI entregó su 6° y último Informe, en donde se señalan los graves problemas y obstáculos, los ocultamientos y lo que llamaron la “mentira institucionalizada”.
Hay dos versiones recientes y opuestas: la oficial, con el Segundo Informe de la Comisión de la Verdad para Ayotzinapa (Covaj), y una versión independiente de periodismo de investigación. En el Segundo Informe se indica lo que se ha avanzado, los obstáculos que se han encontrado y los pasos de una ruta que todavía falta por hacer, más estudios, órdenes de aprehensión y un largo etcétera, porque no hay novedades.
La versión independiente está en la plataforma de Quinto Elemento Lab, es un texto del periodista John Gibler, que hace una investigación a fondo mediante una entrevista con el exfiscal del caso, Omar Gómez Trejo, para saber lo que pasó con la investigación. Este reportaje “La instrucción: cómo el Gobierno dinamitó la investigación del caso Ayotzinapa”, es la otra versión.
En el texto de Gibler se puede seguir con detalle de qué forma se destruyó el trabajo que había realizado la Unidad Especializada para la revisión y Judicialización del expediente Ayotzinapa (Ueilca), que encabezó el fiscal Gómez Trejo durante varios años. Se muestra cómo en un desayuno, en donde participaron el fiscal general, el Presidente de la República, el presidente de la SCJN, el subsecretario y secretario de Gobernación, se tomaron decisiones que afectaron la investigación, se decidió al vapor el caso de Murillo Karam, se manipularon los proyectos de órdenes de aprehensión en contra de 20 integrantes del Ejército, y terminaron en 5.
En los complicados laberintos de la justicia se muestra de qué forma las fronteras entre autoridad y delincuencia siguen en una nebulosa; cómo se construyen versiones oficiales y “verdades históricas”. Hay dos narrativas contrastantes, de un lado queda la versión oficial y del otro las versiones independientes (los informes del GIEI y el reportaje de Gibler). También hay un espacio que se comparte entre las dos, pero es insuficiente, porque en medio queda la niebla.
El informe oficial mantiene la tesis de que fue el Estado y que hubo responsabilidad de múltiples autoridades federales, incluidas las Fuerzas Armadas. Sin embargo, el trabajo profesional de la fiscalía especializada fue desmantelado. En esa misma perspectiva el GIEI señaló que había ocultamiento de información; el Presidente dice que ya se entregó toda la información. ¿A quién creerle? Mi confianza apunta hacia la parte independiente.
Parece que Ayotzinapa quedará entrampado en las complicidades del poder; los esfuerzos de este Gobierno han sido insuficientes porque permanecen alianzas inconfesables con los militares. Los nudos de esta tragedia seguirán amarrados con impunidad y pendientes de resolver…
Investigador del CIESAS
@AzizNassif
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Que vieja tan terca