Arlequín (*)
Paz mundial, eso es lo que toda candidata a Miss Universo y los presidentes responsables desean para el planeta.
Y usted, querido compatriota mexicano, debe sentirse pleno de orgullo, ya que no sólo tiene al segundo Presidente más popular del mundo mundial, sino al más pacifista de la historia, quizá sólo después del recordado Nelson Mandela.
Desde luego, los conservadores de este país, a los que ningún jabón les hace espuma, critican el hecho de que el Presidente no descalifique algunos acontecimientos que la mayor parte de las democracias del mundo censuran, como la invasión de los camaradas de Rusia a Ucrania, el ataque del grupo fundamentalista Hamas a Israel, que ha desatado una nueva guerra.
Es muy sencillo, señores conservadores, el presidente López Obrador se apega al principio de no intervención que rige a la política exterior mexicana y no se mete en donde no lo llaman, sino que además practica la neutralidad y siempre llama a la paz mundial.
Para muchos, los miembros de Hamas, que por cierto tienen como rehenes a dos mexicanos, son un grupo terrorista, pero para el Presidente de México, son simplemente seres humanos, iguales que los israelíes. AMLO es un hombre de convicciones y no es candil de la calle y oscuridad de su casa, no señor. En política interior trata a los narcotraficantes y delincuentes como seres humanos a lo que por muy malos que sean, por mucho daño que hagan al país y a los mexicanos, él les ofrece abrazos y no balazos, y eso queridos lectores, queridas lectoras, es lo que mantiene a México en santa paz, sí con muchos, muchos, homicidios, pero en paz.
Ya antes, en el caso del conflicto ruso-ucraniano, se ha negado a condenar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, por la invasión a territorio de Ucrania, pero eso no quiere decir que no desee que el conflicto se resuelva y que vuelva la paz a esa región del mundo, lo importante no es andar buscando culpables, sino deseando con fervor que se haga la paz y no la guerra.
Ya veo venir sus neoliberales críticas y acusaciones de que el señor presidente López Obrador sí se ha metido en temas de otros países, pero para ello hay una respuesta contundente.
Sí, AMLO se metió en Rusia y tomó partido por Putin. Cierto que en Venezuela apoyaba a Nicolás Maduro en la contienda contra el opositor Juan Guaidó; que en Bolivia y se puso del lado de Evo Morales, y en contra de Jeanine Áñez, entonces presidenta interina de Bolivia. Es verdad que el Presidente de México, hasta hoy, sigue sin reconocer a la presidenta de Perú, Dina Boluarte, y ha dicho que no tendrá relaciones económicas ni políticas con su Gobierno, pues el Congreso peruano sacó del poder al izquierdista, y su buen camarada, Pedro Castillo.
Pues, perdóneme mucho pero eso no quiere decir que el Presidente no sea neutral o que se esté metiendo en asuntos internos de otros países, pues Vladimir, Nicolás, Evo y Pedro, son familia, son hermanos de izquierda y no son neoliberales, él no está en medio, es parte de ese grupo de demócratas, es decir, él está con los suyos, no se le pude exigir neutralidad cuando él es parte de uno de los bandos en conflicto.
Además, en todos los casos anteriores se trata de apoyar las causas justas y revolucionarias. Putin sólo está buscando un mejor nivel de vida para sus hermanos ucranianos. Maduro requiere apoyo pues es víctima del imperialismo yanqui, quien lo tiene a punta se sanciones internacionales. Y a Morales en Bolivia, y a Castillo en Perú, los conservadores los sacaron a la mala del poder. Si AMLO los apoya, es sólo para enviar un mensaje fuerte, pues cualquier día de estos los estadunidenses, en contubernio con opositores de derecha, montan una operación para sacarlo de Palacio Nacional.
Pero para que quede muy claro que nuestro Presidente, además de muy popular, es muy justo y no puede ser calificado como un antiyanqui a ultranza. Recuerde como ha defendido a Donald Trump, sí, a un magnate capitalista, a quien, como a él, le quieren impedir que regrese a Estados Unidos para seguir construyendo su muro, que el lento del presidente Biden dejó de levantar en la frontera con México.
No puede haber mayor prueba de que México tiene un Presidente revolucionario, transformador y de izquierda verdadera, pero también con un corazón en el que caben personajes tan disímbolos como Maduro y Trump, sólo un hombre con ese nivel de justeza y altura de miras puede desear, es más, exigir la paz mundial. Que diferencia del derechista Vicente Fox, que prometió pacificar Chiapas en cinco minutos y unificar a los dos Coreas, y hasta ahora siguen enfrentadas y cada día más distanciadas.
Algún día, el gran pueblo de Tepetitán, Municipio de Macuspana, Tabasco, será la cuna del segundo mexicano Premio Nobel de la Paz, un hombre que, primero pacificó su país, y después el mundo.
Larga vida a nuestro pacificador.
ME CANSO GANSO. Mi fuerte no es la venganza.
AMLO: “Soy un damnificado, también de los del Poder Judicial, a mí me destituyeron cuando Fox era presidente, no querían que participara como candidato a la Presidencia, era yo jefe de Gobierno y para que no pudiera inscribirme por antecedentes penales me inventaron que había violado un amparo”, y ¡zas!, viene un recorte de 30 mil millones de pesos para el Poder Judicial. ¿Cuál venganza?
(*) Analista serio de la política cómica.
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