ECOCIDIO POR TREN MAYA. Por su impactante fotografía titulada “Turismo Bulldozer”, que muestra la atroz devastación que va dejando el Tren Maya con la apertura de sus vías, el yucateco Fernando Martínez Belmar fue galardonado con el Wild Life Photographer of the Year por el Museo de Historia Natural de Reino Unido.
La imagen saca a relucir el doble discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador, que deforesta criminalmente la selva de la Península de Yucatán, mientras decreta el “incremento” de las áreas naturales protegidas en Calakmul, que no es más que la unión de tres reservas ya existentes. ¿Cuándo dejará de mentir?
El Presidente pretende que lo vean como el gran promotor de áreas naturales protegidas, cuando en realidad es responsable de un ecocidio por deforestar miles de hectáreas de selvas para construir un tren, del cual no elaboró proyectos o estudios de impacto ambiental. Según los científicos, serán irreversibles los daños que ocasiona la caprichosa obra en la flora, fauna, cuevas y cenotes.
LA DOBLE CARA DE LAYDA. El 27 de abril de 2016 la entonces senadora Layda Sansores exigió a Miguel Mancera “que ni un árbol más sea derribado, que se consulte a los ciudadanos y explore con los académicos y los expertos todas las posibilidades, antes de derribarlos… Talar un árbol es un crimen, es causar nuestra propia destrucción”.
Y ahora ¿por qué ha permanecido muda ante el ecocidio que ocasionó el Tren Maya? Nuevamente en octubre de 2021, en visita de López Obrador a Campeche, Layda Sansores aseguró que una de las mayores preocupaciones de su Gobierno era la tala de árboles, y que junto al Gobierno Federal trabajaría para proteger la selva. ¿Y qué hizo cuando la devastaron para que pase el tren? Nada.
López Obrador llevó a cabo la más grande devastación de la selva en la historia de la Península de Yucatán. Y durante su atrocidad, Layda Sansores fue incapaz de reclamar, como hizo con Miguel Mancera. Por el contrario, hasta aplaudió como payaso en su circo semanal. ¿Dónde quedó su objetividad?
CASUALIDAD O COINCIDENCIA. En su ‘Artículo Mortis’, publicado en Milenio, Roberta Garza cuestiona qué se hizo con las escasas y carísimas maderas preciosas obtenidas en las más de seis mil hectáreas que fueron deforestadas para dar paso a las vías del Tren Maya. “Nadie sabe a dónde están yendo a parar tantas toneladas de nuestras maderas preciosas”.
Sin embargo, la columnista hace referencia a una entrevista que realizó hace uno o dos años Joaquin López Dóriga a Pío López Obrador. Ahí el hermano del Presidente confiesa al periodista que posee una plantación forestal comercial donde produce madera. ¿Fue casualidad o puritita coincidencia?
Quien el sexenio pasado compró maquinaria y montó una fábrica para elaborar muebles de madera de alta calidad aquí en Campeche fue precisamente el rehabilitado Seso Loco, que de no tener un peso ocho años atrás, de pronto tuvo una visión y hoy es próspero empresario del ramo. En esta pequeña ciudad, donde todo se sabe, también nos preguntamos, ¿fue casualidad o coincidencia?
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