Se mantiene fervor por la Guadalupana

Fe y devoción por la Virgen de Guadalupe se desbordaron en el aniversario 492 de su aparición en el cerro del Tepeyac. Al santuario de Nuestra Señora de Guadalupe acudieron familias con sus hijos caracterizados de San Diego y María, como parte de promesas y ”mandas” para pedir por salud y bendiciones.
En el último día de la celebración, decenas de personas acudieron para agradecer y orar por los milagros concedidos, ya no se veían más peregrinos, pues todos partieron desde el 11 y algunos por la madrugada de ayer. Por lo que los que acudieron fueron peregrinaciones de empresas, sindicatos, organizaciones, escuelas y otras instituciones.
Con flores y veladoras, los ‘Juan Dieguitos’ llegaron al santuario junto a sus padres para dar gracias por las promesas cumplidas. Como Rubí Estrella, quien llevó a sus hijos cuando eran pequeños, y ahora a su nieta, que también lleva el nombre de Guadalupe.
Aunque reconoce que ha bajado la devoción por las influencias de otras religiones, llena de alegría y nostalgia comentó que la Virgen Morena es milagrosa, y ha estado para ella cuando pidió que su esposo regresará con bien de un viaje de trabajo.
La Virgen es milagrosa y por devoción dejó que mi hijo la conozca y viva la fe en ella, manifestó Magnolia Jiménez González, quien llevó a su bebé caracterizado de Juan Diego. Es el segundo año que acude, y el próximo será él último para cumplir su promesa, pues ha pedido por su salud.
El sacerdote del santuario, Arsenio Carrillo Peña, mencionó durante la celebración, que para escuchar aquello que María dice, ella acoge la palabra que se convierte en su amado hijo y manifiesta a todos como una madre y se alegra cuando están en comunicación con ella.
Se alegra cuando te comunicas con ella, a pesar de que seas ingrato. Ella se preocupa por los más débiles, así como el evangelio nos dice que una vez que Dios la ha llamado para ser portadora del mensaje divino, vive el goce por haber sido elegida por el santísimo.