Ayer sólo había un monigote en la ciudad chenera.
HOPELCHÉN.— Para algunos ciudadanos, la quema del muñeco de año viejo es una tradición en declive. Las numerosas restricciones a las ventas y uso de pirotecnia y el elevado costo de estos productos ha reducido notablemente la elaboración.
En esta ocasión sólo una familia exhibió la víspera el típico muñeco de trapo y cartón relleno de pirotecnia y viruta. En años anteriores era común observar más de una decena de ellos a las puertas de las casas con leyendas sarcásticas, coincidieron en declarar Carlos Cauich Uc, José Koh, Elizabeth Ramírez y Melissa Canché May, vecinos del barrio San Isidro.
Con la acostumbrada quema del muñeco, las personas consideran que se queman todos los infortunios y malos momentos, para recibir con mejores augurios el año nuevo.
Sin embargo, hasta la noche de ayer sólo uno fue exhibido en la calle 19 entre 8 y 10 cerca de las instalaciones de la Asociación Ganadera en la referida demarcación, reiteraron.
Además de la prohibiciones respecto a la pirotecnia, los residentes del lugar opinaron que en la actualidad rellenar uno de estos monigotes de trapo rebasa los 600 pesos, cuando anteriormente se podía hacer con 400 pesos.
Pero también consideraron que, para continuar con la tradición, la alternativa es que en los barrios y colonias los propios vecinos se organicen y cooperen para mantener la añeja costumbre de quemar el Año Viejo.
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