- VIAJANDO EN JET PRIVADO
Ausente desde hace al menos una semana del Gobierno que en teoría encabeza, pero que sin pudor regentea su sobrino drogadicto Seso Loco, doña Corrupta vacaciona en la Ciudad de México con su familia fifí, pagando jets privados a costos millonarios para evitar demoras, mientras en los cafés especulan los opinadores de política que aprovecha estos días para hacerse otra estirada de cara, lo cual es irrisorio porque entonces sí, la boca le llegaría hasta las orejas.
Aseguran sus colaboradores cercanos que ocupa su tiempo en la capital del país en diversas reuniones con los dinosaurios corruptos de su partido, acordando posiciones plurinominales para perros incondicionales, porque no quieren en la lista a ningún aspirante que no se doble ante sus caprichos y ocurrencias de esta transformación de cuarta que tanto daño ha hecho a México.
Así podrán seguir aprobando reformas arbitrarias, populistas y totalitarias, con las cuales cancelen garantías individuales y derechos humanos a todos los mexicanos a los que les prometieron un sistema de salud como el de Dinamarca a cambio de su voto, pero en realidad les quitaron la atención médica y el abasto de medicamentos. ¿Se tragarán ese pibinal otra vez? Pronto lo veremos.
- NARCO PRESIDENTE 3
En un intento de lavarse las manos del reportaje que está por publicar The New York Times con testimonios de testigos que aseguran que el cártel del Mayo Zambada aportó varios millones de dólares a su campaña presidencial de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador denunció en su aburrida mañanera que el Gobierno norteamericano busca afectar a México.
El citado medio le solicitó su opinión respecto a varios testimonios que aseguran su involucramiento con esos grupos de narcotraficantes a los que se ha negado combatir en su administración. López Obrador desestimó los testimonios de los testigos, documentos y transferencias de dinero a las que alude el reportaje. Dijo desconocer que se le investiga y los acusó de falsarios.
No se esperaba otra cosa. López Obrador lo puede negar hasta su muerte, pero su actuar habla por él: Su política de “abrazos, no balazos”, la liberación de Ovidio Guzmán, sus visitas a Badiraguato, su saludo a la madre del Chapo y su reiteración de que “el narco es pueblo, que no va a ser reprimido”. Un Presidente que defendió y permitió la operación de narcos es, desde el punto que se vea, cómplice de ellos. ¿Tenemos o no un narco Presidente?
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