La desesperación y el apanicamiento por el futuro político incierto de la gobernadora y su grupo, los ha llevando a violar de manera constante nuestras leyes, y a hacer de la calumnia, la difamación y la infamia, sus principales recursos para tratar de combatir a sus adversarios.
En el caso del autor intelectual del supuesto atentado contra Jamile Moguel Coyoc y su pareja, la estrategia es involucrar directamente al exalcalde Eliseo Fernández; a Alito le inventaron audios donde le hicieron decir una serie de barbaridades; a Biby Rabelo le magnifican la deficiente prestación de servicios públicos en la capital, y contra los periodistas críticos la idea es hacer creer que se la pasan señalando errores porque no les dan chayote.
Sin embargo, ninguna de esas estrategias ha fructificado. La gente, el pueblo bueno y noble no le cree a la gobernadora. No han secundado sus frecuentes llamados al linchamiento público contra sus adversarios políticos, y si bien es cierto que tienen una bien nutrida granja de bots para tratar de revertir los señalamientos públicos contra la mandataria por su pésimo desempeño, la realidad nos demuestra que a la hora de las encuestas, la colectividad coincide en que estamos ante el peor Gobierno Estatal de toda la historia.
En el caso del linchamiento mediático contra Eliseo, a quien atribuyen el supuesto atentado contra Jamile y su pareja, se ha probado que de nada sirve que Seso Loco, Layda, Erick Reyes, la propia Jamile y su pareja, Rafita, acusen directamente al exalcalde mocista de estar detrás de quien apretó el gatillo para balearlo, si no aportan prueba alguna. Son sus simples dichos, contra los de Fernández Montufar.
El fiscal Renato Sales ha guardado silencio cómplice. No ha querido desmentir las acusaciones del Seso, la gobernadora, Eric, Jamile y su pareja, porque sería cesado de manera fulminante. Pero tampoco ha confirmado la versión. No tiene ninguna prueba de que fue Eliseo el que ordenó la agresión a balazos. El autor material, refundido en la cárcel no ha aceptado los tratos para confesar lo que el Seso y su tía le dicten.
Por el momento les sirve mediática y políticamente presentar a Jamile y su pareja como sobrevivientes de un atentado político. Pero se les va caer el teatrito cuando salga a la luz la verdad.
Sea que fue un simple robo que se le salió de control al novel ratero, sea que haya sido una venganza de los pistoleros que fueron detenidos en Hopelchén, luego de que se fotografiaron con Erick Reyes y Jamile, como nuevos militantes de Morena. No hay burbuja ficticia que dure tanto.
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