Cuando se trata de usar el dinero ajeno, sobre todo si tiene a su mano cuantioso presupuesto, la ancianita de Palacio se despacha con la cuchara grande…
“Que estuvo paseando por la Madre Patria acompañada por gran parte de su parentela —su hermanita, varios de sus sobrinos y nietos principalmente— la austera Tía Rata, viajando en asientos de lujo y comiendo en los mejores restaurantes como buena representante de la clase proletaria a la que tanto defiende su gurú Pejidente”, expresó don Memín en su habitual charla vespertina con don Julián y sus compañeros de tertulia.
—“¿Cuánto estimas que le habrá costado el viajecito?”, preguntó muy interesada doña Chela, quien estaba armando su presupuesto para irse de viaje con su hija y sus nietos, aunque sea a la capital de Cabezolandia.
—“Uuuuh son varios millones de pesos los que se ‘gastaron’ los integrantes de la actual familia feliz, porque no sólo viajaron en asientos premier, sino que se hospedaron en los mejores hoteles y comieron en los mejores restaurantes, se echaron no menos de diez melones”, respondió el rechoncho aseador de calzado.
—“Creo que quedaste algo corto —intervino don Julián— porque cuando se trata de usar el dinero ajeno, sobre todo si tiene a su mano cuantioso presupuesto, la ancianita de Palacio se despacha con la cuchara grande. No es nada austera cuando sabe que tiene los millones de pesos a su disposición”.
El poeta Casimiro pidió la palabra para alumbrar al respecto.”Revisando el presupuesto de gastos que le tienen autorizado, puedo decirles que en los últimos tres años, la Oficina de la Gobernadora ha manejado más de 546 millones 372 mil pesos. ¿Para qué? Eso nadie lo sabe, pero es una especie de ‘caja chica’ de la que ella puede disponer discrecionalmente, sin rendirle cuentas a nadie. Absolutamente a nadie”.
—¿546 millones de pesos? —preguntó asombrada doña Chela. Con ese dineral ya hubiera ayudado de verdad a los jubilados de la universidad de la Isla que llevan varios meses sin cobrar, a los mieleros, a los pescadores, a los ganaderos, a los estudiantes que no tienen para comprar las laptops que les exigen a los que ingresan a bachillerato en las escuelas públicas. Pero según vemos, esa fortuna sirve para financiar los gustos extravagantes de la Ruca Gacha”.
—“Hay quienes dicen —intervino don Julián— que esos gustos de niña rica se los puede dar porque su familia ‘siempre’ ha tenido dinero, pero la verdad es que ese dinero que tienen es por el saqueo que realizó el patriarca de esa familia, y si hay algo que puedo asegurar es que lo que están haciendo ahora es más descarado y que la fortuna familiar ya se quintuplicó, porque esos pillos no tienen llenadera…”.
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