No informa cuánto erogó en esa adquisición, qué empresa fue la proveedora y si fue adjudicación directa o hubo licitación pública. Lo que todos sabemos sin embargo, es que se trata de oootro negociazo…
Presume la Momia Guanajuatense la entrega de cuatro mil 460 piezas de uniformes a unos 580 elementos de nueve Municipios, cada uno de los cuales recibió dos camisolas tácticas blancas, un pantalón táctico azul marino, un cinturón táctico negro, una chaquetilla tipo “chanchomón” azul marino, y un par de botas tácticas negras.
“Lo que no dice es que la calidad de los materiales es pésima. De lo peor, pues. Tampoco señala cuánto erogó en esa adquisición, qué empresa fue la proveedora y si fue adjudicación directa o hubo licitación pública. Lo que todos sabemos sin embargo, es que se trata de un nuevo negocio que le va a redituar varios milloncitos para sus cuentas bancarias particulares”, aseguró don Memín, al mostrar las fotografías que demuestran la calidad grado chafa de esos implementos.
—“Vamos a retarla a que salga portando esos uniformes a uno de sus eventos oficiales, a los cuales llega escoltada y con varias patrullas cercando los alrededores, como una muestra de que es la ‘más querida’ de los funcionarios públicos. Hasta ronchas le van a salir si se atreve a ponerse uno de esas camisolas o pantalones. Y ni se diga de las gorras, le sacarían piojos a su falsa cabellera rubia”, expresó a su vez doña Chela.
—“Otra cosa interesante —observó en tanto don Julián— es que no repartió uniformes a los policías estatales. ¿Será que está esperando a ver cuántos quedan luego de esa cacería de brujas que ha implementado? ¿O es que los va seguir castigando por haberse atrevido a levantarse en su contra? Porque además de mentirosa y corrupta, la comandanta foránea es rencorosa y vengativa”, argumentó.
—“Lo peor de todo, además de la pésima calidad de los materiales, agregó don Memín, es que ya se les advirtió a los elementos que les tienen que aguantar dos años, porque no hay dinero para comprarles más. Y eso que los anteriores gobiernos, a los que la Tía Rata acusa de ser corruptos y saqueadores, repartían uniformes cada seis meses de muchísima mejor calidad y de marcas reconocidas, porque saben que son de trabajo rudo y el desgaste es más rápido que para la ropa común”.
—“Vamos a solicitar un grupo de ciudadanos que la unidad de información pública del Gobierno nos proporcione los datos sobre la compra de esos uniformes y equipos. Cuánto costaron, qué empresa las compró o las fabricó, y si hubo concurso para seleccionar al mejor proveedor. No nos cabe la menor duda de que esta es otra burda prueba del grave saqueo que está realizando la anciana jefa policiaca en esa corporación, avalada, protegida y solapada por el amor que le tienen las hermanitas ratas”, concluyó el poeta Casimiro.
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