Tribuna Campeche

Diario Independiente

En trenecito…

La ancianita de Palacio sólo busca distractores para ocultar que ella no tiene obra propia, sino que ha tenido que colgarse de las inversiones del Gobierno Federal para aparentar que está dando resultados…

En la más vil copia de lo que durante varios meses realizó el Pejidente, al viajar semanalmente a los Estados del sureste para evaluar los avances del Tren Maya, ahora la Tía Rata, en una más de sus payasadas y ocurrencias, le ha dado por supervisar los recorridos del Tren Ligero, que ni es tren ni es ligero, para “presumir” una obra que, para colmo, ni siquiera es suya, ya que la totalidad de los recursos son aportados por el Gobierno Federal.

—“Atole con el dedo para tratar de ocultar su ineptitud y su constante ausentismo del Estado —respondió de inmediato don Memín— ya que como hemos repetido en constantes ocasiones, ese trenecito es totalmente innecesario, es un derroche de más de cinco mil millones de pesos que bien se pudieron invertir en obras que de verdad le hacen falta a la ciudad, como la rehabilitación y puesta en marcha del acueducto de Hobomó, que resolvería el problema del agua en la capital para por lo menos tres décadas”.

Don Memín, que escuchaba atento las opiniones de sus contertulios, coincidió: “La ancianita de Palacio sólo busca distractores para ocultar que ella no tiene obra propia, sino que ha tenido que colgarse de las inversiones del Gobierno Federal para aparentar que está dando resultados. Ya estamos en octubre, y ella prometió en su informe que este mes se pondrá en marcha la primera etapa de la modernización del transporte público con su proyecto “Coox” y hasta el momento no se ve nada de avances en ese sentido, y los supuestos 43 paraderos que le estaban construyendo se fueron al agua por las constantes lluvias” argumentó.

—“¿Entonces cada semana veremos a la viejita loca subirse a su trenecito de juguete para simular que está trabajando?, preguntó con sorna doña chela. Si no tiene nada qué hacer, que supervise mejor la calidad de los materiales que están utilizando, porque los vientos de Milton destruyeron el paradero que está en el malecón”.

El poeta Casimiro intentó defender a la senecta. “Independientemente de quién sea la obra o de quién puso el dinero, algo se tiene que hacer por el transporte público, porque cada día está peor. Ojalá que también reformen la ley para que puedan operar plataformas como Uber o InDrive que son mejores que los mafiosos taxistas que se han enquistado en ese sector”.

—“Pides mucho estimado poeta, respondió de inmediato don Memín.  A este Gobierno no le interesa resolver los problemas sino hacer negocios, y por eso es que la viejita anda presumiendo el trenecito. Seguramente que le dieron una gran mochada, que hasta ordenó que se reformen las leyes para que se puedan realizar esos trabajos. En este Gobierno todo es corrupción”, sentenció.

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