Hasta el momento ya llevamos 48 ejecuciones al estilo sicarial en lo que va del año, una cifra que es 166 por ciento más que los 18 crímenes cometidos por esa vía durante el año pasado…
Ante la apatía, negligencia e incapacidad de la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz Martínez, y la inexplicable protección que recibe de su jefa, la senecta gobernadora Layda Elena Sansores San Román, Campeche va ingresando a paso acelerado a la lista de Estados donde la violencia se ha desbordado.
Los hechos no nos permiten mentir ni exagerar. Tan sólo son referencias concretas para demostrarle a la corrupta y arbitraria gobernadora Layda Sansores, que su decisión de mantener en el cargo a su amada guanajuatense lo estamos pagando a un alto costo todos los campechanos.
Se cuenta en círculos muy cercanos a la veleidosa mandataria, que es imposible hablar con ella acerca de las torpezas de Marcela. Su cerrazón a escuchar argumentos que justifican la petición de que la guanajuatense se regrese a su tierra junto con toda su banda de pelafustanes comandantes foráneos, le está costando muy caro, y se espera que el cobro será mayor en las elecciones que se avecinan.
Lo peor es que en lugar de corregir esos yerros, y pedirle a la incompetente Muñoz Martínez que renuncie, la anciana de Palacio ya convalidó la propuesta de que un hijo de la inepta jefa de la policía, el junior Arturo Bravo Muñoz, se convierta en el nuevo vicefiscal general, para que en los hechos ya todo el aparato de seguridad estatal se quede en las manos de la “funcionaria consentida” de este régimen.
Una verdadera torpeza que no remediará la creciente inseguridad que se registra en Campeche, sino que, por lo contrario va a fortalecer al grupo delincuencial que llegó junto con Layda y todos sus foráneos para hacer y deshacer a su antojo. Lo que preocupa es la respuesta de las bandas rivales, pues no sabemos si se cobrarán la afrenta afectando a los ciudadanos, o demostrarán su poder yendo sobre alguna de las figuras públicas.
Lo que sea que ocurra, se estima que el clima de inseguridad irá en aumento. Hasta el momento ya llevamos 48 ejecuciones al estilo sicarial en lo que va del año, una cifra que es 166 por ciento más que los 18 crímenes cometidos por esa vía durante el año pasado. Y eso que aún faltan tres meses y medio para que concluya 2024.
No mentimos ni exageramos al afirmar que los hechos demuestran que ya estamos en manos de la delincuencia organizada. Y que hay complicidades entre la propia gobernadora, su jefa de la policía y los mafiosos, para que eso se mantenga así, en perjuicio de la paz y la seguridad de los ciudadanos. Lamentable. Muy lamentable.
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