Tribuna Campeche

Diario Independiente

Plataforma sucesoria

El trabajo que ha realizado hasta ahora Laurita ha sido menos que mediocre, sin un nivel de comparación con el extraordinario desempeño que tuvo en su tiempo su mamá, doña Elsa…

Con más muestras de teatralidad que resultados concretos, Laura Sansores San Román, la hermanita consentida de la nefasta e ineficiente Layda Elena, rindió su Tercer Informe de actividades, con una escenografía que hizo pensar a muchos que esa fue su plataforma de lanzamiento rumbo a la sucesión de su hermana.

Vestida con una túnica tipo xamana maya, Laurita evitó sin embargo referirse a temas políticos y se limitó a pronunciar loas y alabanzas a la ineficiente gobernadora: “Sé del enorme amor que sientes por Campeche, que te indignan sus carencias y sus desigualdades, pero a la vez te impulsan a dar lo mejor de ti para despertar conciencias…”.

Es decir, bla-bla-bla sin contenido, aunque no debemos olvidar que, si de verdad aspira a suceder a su hermana, necesita del total y absoluto respaldo e impulso de ella, para lo cual es preciso endulzarle los oídos. Lo que debe tener presenta, sin embargo, es que sigue vigente en Campeche ese viejo apotegma que dice que “gobernador no deja gobernador”, y menos en este caso, si es su hermana menor.

Pero no sólo por eso. Es irrelevante si el partido Morena decide respaldar la obsesión de la inepta Layda Elena por impulsar la candidatura de su hermanita o de su alebrestado sobrino. La realidad de las cosas es que ninguna de esas opciones ganaría la elección, y si, como dijeron Luisa María Luján y Claudia Sheinbaum, que las candidaturas se van a decidir por encuestas, va a ser difícil que Campeche sea el primer Estado en donde se postule a quienes ocupan el último lugar.

Lo relevante es que el trabajo que ha realizado hasta ahora Laurita ha sido menos que mediocre. Totalmente eclipsada en su desempeño por su recurrente ausentismo —viaja más que la gobernadora, para resumir pronto—, no existe tampoco un nivel de comparación con el trabajo que realizó su mamá, doña Elsa San Román, quien sí se entregó de lleno a sus labores, y quien sí dejó huella.

Por citar un caso de su mediocre desempeño, baste recordar que mientras que las cifras oficiales del Coneval refieren que en Campeche  hay 91 mil 700 personas en pobreza extrema, la “gran labor” de Laurita sólo ha permitido distribuir ocho 919 paquetes alimenticios “a las personas que más lo necesitan” y en sus 448 Espacios de Alimentación distribuidos en 377 localidades, atienden a 43 mil 395 beneficiarios. Es decir, ni a la mitad de los que lo requieren, en el supuesto, claro, de que los beneficiarios de esas acciones, sean los mismos marcados por el  Coneval, lo cual no puede ser comprobable.

En fin. Lo que le sale bien a Laurita es el teatro. El baile. Y ese gusto suyo por sus vestidos estrafalarios y esotéricos. Fuera de eso, nada.

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