No se pueden implementar medidas o estrategias para contrarrestar este desastre económico si no se tiene un Gobierno con sentido y con rumbo. El Plan Estatal de Desarrollo no ha servido para absolutamente nada…
Son muchos los pendientes que la inepta gobernadora Layda Sansores tiene para con los campechanos, pero hay dos particularmente importantes cuyos efectos siente directamente al ciudadano: el de la seguridad, que cada vez se deteriora más, y el de la economía, que se encuentra en uno de sus peores momentos de la historia, según datos de instituciones especializadas en la materia.
El Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) del Inegi, correspondiente al tercer trimestre de 2024 y publicado el 29 de enero de 2025, confirma que la economía campechana registró una caída de -5.1% en comparación con el trimestre anterior y una contracción aún más severa de menos 10.4% a tasa anual respecto al mismo periodo de 2023, posicionándose entre las entidades con peor desempeño económico, solo por detrás de Quintana Roo (-13.4%) y Tabasco (-6.9%).
El Inegi precisa que “el principal factor detrás de este desplome es la crisis en las actividades industriales, donde Campeche sufrió una caída superior al 13% debido a la disminución en la producción petrolera y la falta de diversificación económica. La fuerte dependencia del Estado en el sector energético sigue afectando su estabilidad financiera, sin que hasta el momento se implementen medidas que logren frenar esta tendencia negativa”.
En plena coincidencia con lo planteado por el Inegi, tenemos que agregar que no se pueden implementar medidas o estrategias para contrarrestar este desastre económico si no se tiene un Gobierno con sentido y con rumbo. El Plan Estatal de Desarrollo es un documento inanimado que no sirve para absolutamente nada. Los funcionarios del gabinete encargados del área de planeación y desarrollo económico no dan una, y el discurso laydista se ha centrado en culpar a sus antecesores de esta situación.
La farsante Layda Sansores ha preferido normalizar en su discurso ante empresarios, el tema de que somos el Estado más atrasado del país, que no hay infraestructura, que no hay inversiones, etcétera, pero evade admitir que en sus tres años y cuatro meses al frente del Gobierno no ha podido aterrizar ningún proyecto de inversión. La llegada de la cementera Cruz Azul sigue en el mundo platónico de las ideas, y la idea de construir una nueva plaza comercial, si bien abona a la empatía mediática, en los hechos no resuelve la precariedad económica de la mayoría de los campechanos, por lo que eso que vaya a construirse se expone a correr el mismo riesgo de Plaza Universidad o Plaza del Mar, que son edificios abandonados porque no hay movimiento comercial.
Pudiéramos sin embargo, aplaudir el intento de hacer algo por el desarrollo económico de Campeche por parte del expresidiario Lavalle Maury, pero todos sabemos que ni las ocurrencias ni los campanazos ayudan en mucho si no se atienden las causas estructurales que han generado este panorama desalentador para Campeche y los campechanos.
A la gobernadora ni pedirle su intervención e interés. Su mundo no es el nuestro, ni sus prioridades tienen que ver con el desarrollo y el bienestar de los campechanos.
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