Tribuna Campeche

Diario Independiente

EXPEDIENTE | SIN CONTROL LOS JUNIORS DE MARCELA

En medio de una vida de lujos, derroches y excentricidades, los hijos de la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, la guanajuatense Marcela Muñoz Martínez, retratan la frivolidad y doble cara de este “Gobierno de todos”, que prometió que “primero los pobres y para los pobres lo mejor”, pero que en tres años y medio de desempeño sólo nos ha prodigado escándalos propios de la llamada ‘prensa rosa’.

Como si fueran celebridades, Arturito, Samantha y Sabrina Bravo Muñoz, hijos de Marcela, han captado la atención de los medios locales, regionales y nacionales, no por su desempeño a favor del Estado, ni por los resultados en los cargos que les han encomendado, sino por evidenciar en sus redes sociales una vida despreocupada, relajada y hasta escandalosa por momentos.

Recordemos ese video de la propia Marcela, junto a sus hijas Samantha y Sabrina a bordo de un yate de lujo, bebiendo champaña y bailando con desparpajo, demostrando que la vida les sonríe, que el dinero no les causa ninguna preocupación y que además, disponen de recursos humanos y pecuniarios del erario para solventar todos sus caprichos.

¿Alcanza el sueldo de una secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana como Marcela Muñoz, para solventar esos lujos y excentricidades? Y con el afán de ayudarla, pensemos que sumando los ingresos de Samantha cuando fue directora de Seguridad Pública en el Carmen, y el salario de Arturito Bravo Muñoz como vicefiscal, complementarían la renta del yate donde se paseaban frente a las costas campechanas.

Supongamos incluso, que con los aguinaldos y otras prestaciones de Marcela y de los dos orgullos de su nepotismo —Samantha y Arturito— pudieron ir pagando a cómodas mensualidades el costo del lujoso viaje por Europa, en que fueron acompañados por sus respectivas parejas. Vaya, toda la familia real guanajuatense se fue de periplo por varias ciudades europeas, mientras el Estado se desangraba en la inseguridad.

En la capital del Estado es muy agitada la vida social que se da la otra hija de Marcela, Sabrina, pues es cliente frecuente de los mejores antros de la ciudad, a los que acude siempre con varios escoltas fuertemente armados y se traslada a bordo de vehículos blindados.

Es muy recordada esa escena en que un reportero gráfico que tomaba fotografías a una diputada local que tenía una cena con sus amigos, y que fue golpeado y detenido por elementos policiacos porque Sabrinita, que se encontraba en una mesa de atrás, creyó que a ella la “acosaban”. ¿Le ofrecieron disculpas al fotógrafo? Jamás. Tuvo que pagar la multa y chuparse varias horas en el calabozo.

La visita clandestina de Arturito a una zona restringida de la zona arqueológica de Calakmul, su prepotencia al utilizar unidades oficiales para movilizar incluso su vehículo RZR que utiliza para sus “aventuras” y sus frecuentes viajes por el extranjero acompañado de su pareja/novia/esposa, no hablan de un servidor público que acate la instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo de vivir en la medianía y sin ostentaciones.

Y no hablemos de Samantha. Desde febrero del año pasado renunció a la Dirección de Seguridad Pública de Ciudad del Carmen por ser totalmente incompetente, pero percibe honorarios del Gobierno del Estado. Se le ve con muchísima frecuencia en las instalaciones del C-5 y no se mueve sin guaruras ni en vehículos que no sean oficiales. ¿A cuenta de qué y por qué?

Son abusos y excesos productos del abuso del poder. Los recursos para financiar esos interminables gastos y lujos, sin duda, provienen del erario campechano. ¿O son parte de los acuerdos con esos grupos que se disputan las plazas más importantes de la entidad?

Y que no nos salga Marcela ni su amada gobernadora con que hemos violentado la vida privada de sus caprichosos y fanfarrones cachorros. No. Ellos mismos hacen ostentación de sus excentricidades en las redes sociales, y se benefician inmerecidamente de recursos públicos —guaruras, vehículos, gasolina, etcétera— sin tener alguna comisión oficial que lo justifique.

Son estos tres juniors el retrato fiel de la frivolidad de este nefasto Gobierno de cuarta que encabeza la corruptísima Layda Elena Sansores San Román. Y hay más, claro que hay más, solamente que estos son los que más ostentación hacen de sus derroches, y los que más se han ganado el repudio ciudadano.

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