Tribuna Campeche

Diario Independiente

El pueblo le dio la espalda

Miles de mensajes se leen en las redes sociales todos los días, en que el pueblo de carne y hueso, el que no se esconde tras cuentas faltas, ni recurre a bots para tratar de defender lo indefendible, le pide a su gobernanta pide que se vaya, que renuncie, que se lleve a todos sus foráneos para permitir que esta bella patria chica retome su crecimiento y desarrollo.

Todas las publicaciones que la Tirana de Palacio sube a sus cuentas oficiales, es inmediatamente respondida por los ciudadanos valientes que le piden que ya deje de hacerse guaje, y que resuelva el conflicto que tiene con los gendarmes, para que la vigilancia pueda regularizarse al cien por ciento, y se refuerce este clima de seguridad que se ha mejorado desde hace más de 16 días, en que los mandos foráneos fueron echados por los policías buenos.

La hija del Sátrapa Negro intentó congraciarse con el pueblo, con la gente, anunciando que a partir de ya, sería gratuito el acceso a Playa Bonita, el sitio vacacional más cercano que tienen los habitantes de la capital, y en donde los corruptos funcionarios del “Gobierno de todos los pillos”, incrementó exageradamente las tarifas para embolsarse más dinero.

La reacción de la gente ante ese anuncio fue interesante. En lugar de agradecerle por esa medida, los comentarios se dirigieron a exigirle a la gobernanta que se ponga a trabajar; que deje de vacacionar, que ella misma acuda a Playa Bonita, en lugar de irse a pasear a sitios exóticos, extravagantes y de altos costos. Y aún más, que no presuma que se vaya a dejar de cobrar tarifas para que el pueblo disfrute de un sitio que es del pueblo. Que no salude con sombrero ajeno.

Lo mismo le respondieron cuando quiso presumir la Fiesta del Mar en la isla más bella del Golfo. Los isleños le recordaron sus horribles expresiones para con esa bella ciudad, calificándola como “pinche islita” o por haber impedido que se asentara en esa zona las instalaciones de la empresa petrolera más importante de la nación.

Es decir, al pueblo ya no se le engaña. Menos por quien ha tenido desatinos tan imprudentes para con esa comunidad isleña que se la sabe cobrar, y que no calla su verdadero sentir ante las recurrentes ofensas de la senecta del Palacio.

Son solo dos muestras de que el pueblo ya le dio la espalda. Que ya no deja intimidar ni engañar por alguien que recurrentemente ha optado por respaldar a sus foráneos, antes que apoyar al pueblo que supuestamente la llevó al poder.

La paciencia del pueblo se agotó. El declive de este Gobierno arreció y avanza sin freno al abismo.

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