Enrique Pastor Cruz Carranza
Dice el dicho popular: “Cuándo la perra es brava hasta los de casa muerde”.
La pugna entre Claudia Sheinbaum por conducto de Layda Sansores contra Adán Augusto López escala a niveles de ruindad, no sólo por la vulgaridad y misoginia que se patrocina desde los seguidores del exsecretario de Gobernación, como es el grotesco geopolítico Alfredo Jalife Rahme, que con su inconfundible estilo canallesco denuncia una supuesta acta de nacimiento apócrifa de la exjefa de Gobierno, para ponerla al nivel casi de cachirul de la ministra de la SCJN, Jazmín Esquivel.
La respuesta y revire no se hizo esperar con los sofisticados equipos de espionaje de su sobrino perverso Seso Loco y Renato Sales su fiscal carnal, para golpear sin recato a la corcholata-hermano de AMLO, Adán Augusto, con su afectuosa vocera de campaña.
El tema no es menor cuando se usó equipo aéreo perteneciente al Ejército Nacional, y sería inaceptable que las fotos fueran del presunto espionaje de las Fuerzas Armadas.
¿El desorden y los enfrentamientos serán motivos de carcajadas del presidente Andrés Manuel López Obrador?
¿Hasta dónde llegarán los actos ilegales, violación a la intimidad, espionaje ilegal y sembrado de odios dentro de Morena y extensivo a sus frenéticos fanáticos embriagados de ambición y violencia integral?
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