LEÓPOLIS, Ucrania (Reuter).— El presidente ruso Vladimir Putin, que había desaparecido de la escena pública desde que sus fuerzas fueron expulsadas de las cercanías de Kiev este mes, reapareció ayer para defender la “noble” invasión de Ucrania, agregando que las conversaciones de paz habían llegado a un punto muerto.
En un acto con la prensa, en un hangar de una base espacial del lejano oriente, Putin desgranó sus argumentos, asegurando que Moscú no tuvo “más remedio” que intervenir para proteger a los separatistas, derrotar a los neonazis y “ayudar a la gente”.
Añadió que la economía rusa sigue en pie pese a las sanciones occidentales, y que los indicios de crímenes de guerra supuestamente cometidos por sus tropas son falsos, un montaje de occidente.
Preguntado por los trabajadores de la base espacial sobre si la operación en Ucrania iba a lograr sus objetivos, Putin dijo: “Absolutamente. No tengo ninguna duda. Sus objetivos son absolutamente claros y nobles”.
Sin embargo, en esas declaraciones, y en una conferencia de prensa posterior, flanqueado por banderas en la parte trasera del hangar junto a su aliado bélico, el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, Putin pareció divagar o tartamudear a menudo.
“La ‘blitzkrieg’ (guerra relámpago) con la que contaban nuestros enemigos no ha funcionado”, dijo Putin refiriéndose a las sanciones financieras.
DESENLACE
EN MARIÚPOL
Los tanques rusos se retiraron del norte de Ucrania tras fracasar en lo que occidente cree que era una misión para capturar con rapidez la capital, Kiev. Muchas de las ciudades que dejaron atrás estaban llenas de cadáveres de civiles muertos en lo que, según Kiev, fue una campaña de asesinatos, torturas y violaciones que Moscú niega.
Rusia dice que su campaña tiene como objetivo capturar territorio en nombre de los separatistas en dos provincias del este, una región conocida como el Dombás que incluye el puerto de Mariúpol, reducido a un páramo bajo el asedio ruso.
Ucrania dice que decenas de miles de civiles han quedado atrapados dentro de la ciudad sin poder ingresar alimentos o agua, y acusa a Rusia de bloquear los convoyes de ayuda.
La batalla por Mariúpol parecía estar llegando ayer a una fase decisiva, con los infantes de Marina ucranianos atrincherados en el distrito industrial de Azovstal. Periodistas de Reuters que acompañan a los separatistas pro-rusos vieron cómo salían llamas de ese distrito.
Pavlo Kyrylenko, gobernador de la región oriental de Donetsk, que incluye a Mariúpol, dijo que vio informes de incidentes con el posible uso de armas químicas en la ciudad, pero que no podía confirmarlos.
NUEVO ASALTO
Después de que sus tropas se empantanaron ante la resistencia ucraniana, los rusos abandonaron su intento de capturar Kiev. No obstante, están redoblando esfuerzos en el este, incluyendo Donetsk y la vecina región de Lugansk, donde el gobernador Serhiy Gaidai instó a los residentes a evacuar.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski suplicó durante la noche que occidente le proporcione más armas para intentar poner fin al asedio de Mariúpol y rechazar la esperada ofensiva oriental.
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