JUNTO CON LA VIRGEN DEL CARMEN, NOS DA DOS SIGNOS SEGUROS DE FE, SIGNIFICÓ EL OBISPO
Con la declaratoria oficial de la devoción a la imagen del Cristo Negro Señor de San Román como patrono de la Diócesis de Campeche, el Estado ahora cuenta con dos signos seguros de la fe, el amor y la vida, junto con María bajo la advocación de la Virgen del Carmen.
Cientos de fieles católicos y creyentes se dieron cita la tarde de ayer para atestiguar la declaratoria oficial, sin importar la ligera llovizna y el fresco.
La imponente imagen del Cristo Negro Señor de San Román, hecha de ébano, estaba en su cruz sobre la pesada estructura conocida como “peana”, elaborada de plata; a su lado le acompañaba la imagen de la Virgen del Carmen, protectora de los marinos y habitantes de la Isla que desde 1717 es adorada tras lograr desterrar a los piratas.
Ambas imágenes fueron cuidadosamente trasladadas desde el presbiterio hasta la entrada del santuario, cuyo interior fue decorado con hermosas flores de múltiples colores que perfumaban e inspiraban un ambiente de júbilo.
Ahí permanecieron durante las celebraciones de este miércoles, mientras monseñor José Francisco González González, obispo de Campeche, presidió la santa misa por el 457 aniversario de bendiciones y tradiciones en honor al Cristo Negro por su llegada a Campeche a través del mar, un 14 de septiembre de 1565.
Resaltó que, a partir de este día, la Diócesis de Campeche ya cuenta con dos patronos titulares.
“Indudable es la fe y devoción del pueblo a Jesús en la viva imagen del Cristo Negro Señor de San Román, a quien se celebrará cada 14 de septiembre, y a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora del Carmen, a celebrarse cada 16 de julio”.
Seguidamente a cada una de las imágenes les colocó la insignia del escudo episcopal.
El párroco Juan Arcos Arana, encargado del santuario de San Román, significó tan importante momento, e indicó que Dios siempre se manifiesta a través de muchas formas, y ha querido dejar en la Diócesis dos signos para su presencia.
Recordó que el Cristo Negro y la devoción remonta a los antiguos novohispanos de Campeche, quienes se dispusieron a adquirir una imagen para su capilla, se enteraron de que una muy bella estaba en Alvarado, Veracruz, tallada en madera procedente de Civitavecchia, Italia.
Arribó a Campeche en sólo 24 horas, tiempo récord que se interpretó como un milagro por las circunstancias; ha sido testigo de huracanes, plagas, asesinatos, tragedias, pandemias e invasión de piratas; ha consolado en las penas y sostenido a la población en los quebrantos.
Las imágenes amadas fueron veneradas por los campechanos que aprovecharon la ocasión, no sólo para agradecerles por las bendiciones y milagros otorgados, sino para pedirles ayuda a través de las oraciones.
La celebración se realizó afuera del santuario y se puso una tarima; los alrededores y el frente lucieron abarrotados, algunos sentados y otros parados, pero siempre muy atentos a la homilía.
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