Tribuna Campeche

Diario Independiente

Aquí y ahora: Odisea de un pequeño pescador

Manuel R. Gantús Castro

Dieguito quería ir a pescar
Dieguito insistía en ir a pescar
Eres muy chico, sus padres
le dijeron…
Dieguito lloró y lloró y lloró y se quedó dormido…
Dieguito al despertar, de nuevo pidió ir a pescar y como no lo llevaron, volvió a llorar…
Sus padres angustiados por tantas lágrimas, que inundaban su cama, decidieron llevarlo a la playa, con su cordel y su anzuelo.
Y llegaron a la playa y Dieguito volvió a llorar…
Sus padres preocupados, le preguntaron por qué lloraba y por qué no intentaba pescar.
Dieguito les contestó que porque no quería lastimar a los pescaditos ni a los gusanitos que usaría como carnada, y llorando les dijo que él lo que quería era pescar estrellas…
Sus padres le dijeron que eso no era posible, pues para pescar necesitas un barquito.
Dieguito les contestó que él ya tenía su barco, que su barco era la luna y que desde ahí pescaría sus estrellas…
Sus padres le preguntaron que haría con la pesca de las estrellas…
Dieguito les dijo que las daría para que la luna (su barquito) se alimentara con ellas y así al crecer, también crecería el conejo que vivía ahí y entonces podría jugar con él.
En los días que Dieguito estuvo pescando ni se notó que faltaban las estrellas porque para poder alimentar a su pequeña luna, las molían y las convertían en polvo de estrellas, y parte de ese polvo que se le caía a la luna, inmediatamente se volvían estrellas y así nadie se daría cuenta.
En unas semanas, tres o cuatro, la luna y el conejo crecieron y Dieguito dejó de pescar estrellas y dejó de llorar… pues ya tenía su conejo para jugar, cuando la luna había crecido.

¡ Vale ! MRGC.

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