Hombre intenta llorar por días para romper Récord Guinness

Quedó ciego por 45 minutos

NIGERIA (Agencias).— Un hombre que se obligó a sí mismo a llorar durante siete días, dijo que se quedó ciego temporalmente cuando la locura por las hazañas excéntricas de resistencia arrasa en Nigeria.
Tembu Ebere, que trató de llorar sin parar durante una semana, dijo que había experimentado dolores de cabeza, ojos hinchados y la cara hinchada, y se quedó parcialmente ciego durante 45 minutos en medio de sus propios esfuerzos.
Ebere, que dice ser comediante, promocionó sus esfuerzos en TikTok y, bajo su usuario en TikTok, les dijo a sus seguidores: “Envíenme sus problemas, estaré llorando por ustedes”.
Se sentó llorando y agarrándose la cabeza junto a un cronómetro en vivo, que marcaba dos horas y siete minutos. El video de Ebere obtuvo 5.3 millones de visitas de tiktokers confundidos en todo el mundo, y algunos incluso lo animaron.
Uno dijo: ‘Vamos, hombre, puedes hacerlo’. Otros bromearon, diciendo que ‘honestamente, creo que he llorado por más tiempo’ y ‘Nah, todavía tengo ese récord’.
Los Récord Guiness han aumento en los intentos de romper récords de la nación más poblada de África en los últimos meses, provocado por el maratón de cocina de cuatro días de un chef que captó la imaginación del público.
“Tuve que reestrategiar y reducir mis lamentos”, le dijo a la BBC, y agregó que estaba decidido a llorar hacia su objetivo a pesar de las dificultades encontradas.
El frenesí récord estalló en mayo cuando una chef llamada Hilda Baci intentó cocinar continuamente durante 100 horas para “poner la cocina nigeriana en el mapa”. Su intento fue tan seguido que provocó que el sitio web oficial guinnessworldrecords.com colapsara durante dos días. Fue animada por celebridades y el vicepresidente de Nigeria.
El joven de 26 años logró 93 horas y 11 minutos, lo que fue suficiente para romper el récord anterior de maratón de cocina establecido en India en 2019. Su éxito inspiró una ola de intentos similares de actividades que incluyeron pasar más tiempo cantando, rezando e incluso besándose.