Tribuna Campeche

Diario Independiente

En las tripas del jaguar: 24 de enero de 2024

CONSEJERA CORRUPTA. La multipartidista consejera electoral, Fátima Gissel Meunier Rosas, cruza los dedos de manos y pies para ser electa presidenta del Instituto Electoral del Estado de Campeche. De origen panista, pues fue vocera de Carlos Ernesto Rosado Ruelas, buscó apoyo del PRI en el sexenio de Fernando Eutimio Ortega Bernés para ser directora en el IEEC, donde se ligó con MOCI para tomar protesta como consejera electoral.

Fue protagonista de un escándalo de nepotismo y tráfico de intereses, cuando la descubrieron dándole promociones laborales a su pareja sentimental al interior de ese Instituto. Meunier Rosas había tratado de mantener en secreto esa relación, incluso registrando en un domicilio diferente a su concubino, pese a que viven juntos y tienen una hija en común.

La consejera Meunier aprovechó su cargo para promover a su pareja dentro del organigrama del Instituto, y lo colocó en la Unidad de Género, donde ella funge como presidenta. Al ver que fue denunciada su relación sentimental a través de las redes sociales, buscó nuevamente la protección de MOCI, para evitarlo. La pregunta obligada es, ¿a cambio de qué?

MORENA Y MOCI VAN POR IEEC. Trabajadores de ese organismo nos confirman que Fátima Gissel Meunier Rosas gozaba de trato especial de la anterior titular del IEEC, Mayra Fabiola Bojórquez González. A cada rato le concedía tiempo libre para cuidar a su hija. Afirman también que el INE tiene conocimiento de sus conflictos de interés, pero han guardado silencio cómplice ante su evidente nepotismo y tráfico de influencias.

Lo curioso es que mientras los representantes de la 4T mueven sus fichas dentro del Instituto Electoral del Estado de Campeche, MOCI las mueve dentro del Consejo General del INE para imponer a su representante, pues serán estos últimos los que este jueves 25 de enero aprobarán la propuesta de la Comisión de Vinculación con los OPLE, para cubrir la vacante que dejó la salida de Lirio Suárez.

Si resulta elegida la multipartidista Meunier Rosas, ¿qué nuevas promociones otorgará a su amado concubino? Y los ambiciosos consejeros electorales ¿se someterán a la futura presidenta o intentarán doblegarla, como procedieron con Lirio Suárez Améndola? Falta poco para saber quién se sacará la rifa de ese tigre, que está endeudado, agónico y al borde de la inoperancia.

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