Tribuna Campeche

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EXPEDIENTE | LIRIO SUÁREZ: NADIE LA DEFENDIÓ

La expresidenta del Consejo General del Instituto Electoral del Estado, Lirio Guadalupe Suárez Améndola, reapareció en dos ocasiones luego de que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificó su destitución, sin entrar al análisis a fondo del asunto. Como oradora principal de la marcha ciudadana del pasado domingo, y en conferencia de prensa al día siguiente, para llamar por su nombre a quienes considera que operaron hasta alcanzar que fuera cesada.

Y en los dos casos, además de señalar con autoridad a los culpables de que el proceso electoral de Campeche esté en riesgo de ser controlado totalmente por el Ejecutivo del Estado, nos legó un reproche público por la falta de participación ciudadana en la defensa de una de las instituciones que más lucha democrática le costó a los mexicanos.

El domingo, después de la marcha, Suárez Améndola expuso que “la opacidad, la lucha por los intereses particulares por encima de los intereses colectivos, la lucha por el poder de destruir en lugar del poder de construir; la violencia, la intromisión de poderes ajenos o del crimen organizado son riesgos que empañan nuestra democracia”.

Añadió que “la intromisión del aparato de gobierno en los órganos electorales, el ahorcamiento financiero de las instituciones autónomas y la exclusión de la sociedad en la toma de decisiones, son acciones que deben despertar la alerta de la sociedad organizada, porque son la señal del incipiente secuestro de nuestra democracia”.

“La democracia no es realmente efectiva si no da a los gobernados el poder de decidir el destino del país, si no se permite que la sociedad participe y se deja a los gobernantes que tomen las decisiones que deben competer a la ciudadanía”, rubricó.

El lunes, aunque no la señaló por su nombre, la exconsejera presidenta del IEEC acusó encubrimiento para no sancionar el mal manejo de más de 110 millones de pesos en que incurrió su antecesora Mayra Fabiola Bojórquez González, y atribuyó su cese a que pidió que se investigara y se sancionara ese desfalco.

“En un sistema que busca perpetuar privilegios, me volví una voz peligrosa. Se me convirtió en el ejemplo de lo que le pasa a quienes se atreven a alzar la voz, en un sistema que simula ser democrático pero que se ha convertido en un sistema de protección de privilegios, así como de impunidad y de parcialidad”.

Expuso que el discurso de desaparición de los órganos electorales estaba en la agenda pública y en Campeche no era diferente, se hablaba de declarar en quiebra al Instituto debido a la insolvencia que enfrentaba. 

Aunado a esta intención de desaparecer al órgano electoral por parte del Ejecutivo del Estado, el Congreso recortó el presupuesto en un 40 por ciento, lo que agravó la crisis del Instituto Electoral.

Sostuvo que “la persecución a la que fui sometida fue a todas luces notoria y vinculada esencialmente al encubrimiento y protección tanto de quienes generaron la crisis, como de quienes fueron omisos ante lo que sucedía en el Instituto”.

“Por eso mi mayor fortaleza ciudadana está en no pertenecer a ningún grupo político, y la mejor garantía de imparcialidad ante la ciudadanía se convirtió, en un sistema plagado de intereses individuales, en mi mayor debilidad, al no tener respaldo político que fuera un contrapeso a tal persecución”.

“Así como ningún partido político en el Consejo General del INE me promovió para llegar a la Presidencia del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Campeche, tampoco ninguno me defendió ante mi inminente salida”, abundó.

Y señaló a los responsables de esta crisis. “Ante la duda razonable de encubrimiento de las autoridades, denuncio públicamente que ante cualquier ataque hacia mi persona o mi familia, hago responsable a quienes fueron mis mayores perseguidores y responsables de la serie de infamias de las que fui objeto:  Erick Reyes León, presidente del partido Morena en Campeche”.

“El consejero electoral Abner Ronces Mex, quien simbólicamente me amenazó al ofrecerme una corona de muertos en la sesión de inicio del proceso electoral, y al consejero electoral actualmente presidente provisional del IEEC, Juan Carlos Mena Zapata, quien en cada sesión me hizo víctima de una serie de infamias que dañaron mi imagen pública”.

“A ellos tres los hago responsables de ataques personales tanto físicos como políticos, ya que desde el poder no dudo que intenten la manipulación de datos e información que me dañen más de lo que ya han logrado”, concluyó.

Y sí, lamentablemente Lirio se convirtió en una voz en el desierto, mientras que quienes desfalcaron al IEEC volvieron a tomar el control del organismo, y la expresidenta que se llevó gran parte del dinero que hoy se adeuda, sigue disfrutando de su riqueza en total impunidad.

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