Tribuna Campeche

Diario Independiente

EXPEDIENTE | DESASTROSO EL SECTOR SALUD

Avanza la cuenta regresiva para la culminación de este Gobierno de cuarta (transformación), y no avizoramos en el horizonte, ni inmediato ni lejano, que se vaya a cumplir la promesa de que nuestro país contará con un sistema de salud “como el de Dinamarca”. Sí, a lo mejor como Cuba, Nicaragua o Venezuela. Nos mintió el presidente López Obrador.

En una de sus múltiples “mañaneras” prometió que este sistema de salud al estilo danés estaría en funciones a finales de 2023, pero ya completamos el primer cuatrimestre de 2024, y todos los días observamos que aumentan las quejas de los derechohabientes del IMSS, Issste y Secretaría de Salud.

No hay médicos en los centros rurales, ni hospitales urbanos. No hay especialistas. No hay medicamentos. No hay capacidad para la atención de los pacientes, etcétera.

Siendo el de salud, uno de los temas que más le interesan al ciudadano común —sea mexicano, danés, argentino o estadunidense—, resulta preocupante que en nuestro país siga siendo sólo tema politizado y politiquero. Se utiliza muy bien para las campañas, y después se olvida.

Ya hemos escrito aquí el fracaso que resultó el desmantelamiento del llamado “Seguro Popular” y la implementación del Instituto de Salud para el Bienestar. Millones de mexicanos quedaron excluidos de los servicios de salud y se agravó el desabasto de medicamentos, lo que provocó la muerte de miles de personas, afectando principalmente a los niños con cáncer y la escasez de equipos y médicos especialistas.

A escasos meses de que concluya su mandato no se ve por dónde vaya a lograrse la mejoría que prometió López Obrador. Ya no llegar a los niveles de Dinamarca y su “Modelo Beveridge” en que se destina el 11% del Producto Interno Bñdpruto (PIB) al gasto del sector salud —en México se le canaliza cuando mucho el 5.5% en términos nominales— y se garantiza el acceso universal a los servicios médicos, sino a que por lo menos tengamos hospitales públicos funcionales y bien abastecidos.

En Campeche los centros de Salud se encuentran en condiciones desastrosas. Principalmente los del sector rural, donde los inmuebles están en ruinas, no hay consultorios, equipos, mobiliario, medicamentos y tampoco médicos.

Los que sí funcionan sólo trabajan de lunes a viernes y en turnos matutinos, por lo que los enfermos, o tienen que esperar turno, o bien optan por acudir a consultorios particulares.

¿Qué ha hecho la gobernadora Layda Elena Sansores San Román por mejorar las condiciones de los centros de Salud? Nada. Mediáticamente ha repintado dos o tres inmuebles para tener algo que “informar” cada 7 de agosto, pero lo esencial sigue en estado deprimente.

Basta con hacer un recorrido por esas zonas, tanto urbanas como rurales, para confirmar que las promesas de atender este sector quedaron en el vacío y sólo sirvieron para ganar votos.

Hace unas semanas, la gobernadora Sansores presumió en sus redes sociales que había atendido la solicitud de una madre de familia para enviar a un hospital especializado a su hijo con un tumor en el cerebro.  El costo del tratamiento rebasaría el millón de pesos.

Como si el dinero hubiera salido de su cartera, la mandataria subió a sus redes que el asunto se había atendido, lo cual es ciertamente plausible si complementamos su presuntuosa publicación con la advertencia que el dinero no salió de la cartera de Sansores, sino del presupuesto estatal.

Y es además el primer y único caso atendido hasta el momento, que ahora se quiere utilizar con total connotación electoral. Pero ¿sabe la gobernadora cuántos otros casos de niños con cáncer o enfermedades terminales han perdido la batalla por no contar con hospitales ni médicos especializados en la atención de sus padecimientos?

¿O porque no tuvieron la suerte de que la gobernadora aprobara la canalización del dinero que se requiere, para que los trasladen a un nosocomio con equipos y médicos para atender el caso?

Estamos en tiempos electorales, ciertamente, y seguro que habrá algunos otros ejemplos de la “ayuda humanitaria” de la gobernadora, quien no tiene empacho en lucrar con estas necesidades del pueblo. Necesidades que surgen de su propia ineptitud, pues en casi tres años nada ha hecho para mejorar el sistema de salud que merecemos los campechanos.

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