En el brindis de Año Nuevo, los amigos de la tertulia cotidiana en el Parque Principal, pidieron concordia, paz, seguridad, mejoría económica y más recursos a salud para 2025…
FUERA MALAS VIBRAS
La reunión vespertina del grupo de amigos del Parque Principal, cambió nuevamente de sede. Otra vez, el patio de la morada de don Julián fue el escenario donde, además de expresar sus propósitos de Año Nuevo, cada cual realizó su ritual para que se cumplan sus más fervientes deseos.
El poeta Casimiro, con guayabera roja, confesó que su prioridad es encontrar al amor de su vida. “Ya soy un profesor cuarentón y tengo un gran corazón que quiero compartir con alguien”, expresó, al tiempo que también hizo votos: “Que el ánimo de discordia que siembra a diario la Tía Rata, no caiga en tierra fértil, y que por el contrario, los habitantes del reino puedan fortalecer sus lazos de unidad, para vencer al enemigo común que ya todos sabemos quién es”.
Don Memín llegó con una camisa amarilla y pantalón beige. Confesó que sus calcetines y su trusa eran dorados, porque su prioridad es mejorar su situación económica, pues dos de sus hijos ya van a entrar a una carrera universitaria, y los gastos se multiplicarán. “Mi deseo es también que la economía de nuestros coterráneos mejore, aunque tengamos al Gobierno más inepto y negligente de toda la historia. Si hay que trabajar doble turno, a darle, porque al único que le regalan todo es al Tarado sin Cerebro, que se da vida de lujos y derroches sin trabajar”, bromeó.
Don Julián llegó totalmente vestido de blanco. Sólo sus mocasines cafés desentonaban de su outfit. “Yo aspiro a la paz, a la justicia, a la seguridad, que hemos perdido desde la llegada de la nefasta y perversa Tía Rata. A mi edad ya no quiero ni dinero ni amor, sino que mis conciudadanos puedan recuperar la tranquilidad que nos fue tan característica durante siglos, y que sólo se atrevieron a alterar los piratas, y la anciana de Palacio, junto con toda su gavilla de foráneos. Pido paz y seguridad para todos”, exclamó.
Doña Chela llegó vestida con un conjunto verde y zapatillas cafés.
—“Pareces un árbol de Navidad”, bromeó don Memín.
—“Yo quiero salud, discursó doña Chela, pues ya estoy entrando a la tercera edad y si algo me da más pánico que los achaques, es el pésimo servicio que hay en los hospitales públicos. Ojalá que la Ruca Gacha deje de hacer derroches en sus posaditas electoreras, y destine más presupuesto al equipamiento y abastecimiento de los centros de salud. En las zonas rurales ni médicos hay y los que acuden dos días a la semana no pasan de recetar Paracetamol y suero. Que la anciana de Palacio se solidarice con sus coetáneos, y que disponga de más apoyos a los de la tercera edad, para ver si así nuestro querido don Julián por lo menos nos invita a un sandwichito en estos festejos de Navidad y Año Nuevo”, bromeó antes de proceder al brindis general.
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