Están reprimiendo nuestros derechos a manifestarnos y constitucionales, llegamos desde 10 para las 4 y nos quedamos adentro, que la ciudadanía vea cómo estamos, porque no somos delincuentes, denunció la activista Nicte-ha Aguilera, al quedar “atrapada” entre las vallas colocadas en las inmediaciones del Congreso del Estado.
Venimos a pedir tres cosas: diálogo, parlamento abierto y que se escuche a los trabajadores del Poder Judicial, subrayó, y denunció que la gobernadora Layda Sansores sacó a los trabajadores del Palacio de Gobierno a hacer este circo y show.
Como activista de derechos humanos, vine a defender mis derechos, pero fui violentada al impedirme manifestarme y encerrarme, en lugar de que haya diálogo con la ciudadanía, para que se discuta la reforma en el Estado.
Los campechanos queremos que todas las voces sean escuchadas, y el Congreso está para escuchar a todas las partes y los diputados se deben a nosotros. Antonio (Jiménez) es nuestro empleado, los 34 legisladores viven de nuestros impuestos, pero de manera arbitraria llegaron, se metieron y bajaron la cortina sin escuchar a nadie.
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